Cuarenta años después regresé. Con la misma mirada infantil, con la misma curiosidad me puse a rebuscar, a escuchar, a oler, a sentir.... En la fuente, en la misma fuente, ignorante de acechos y miradas, fugaz, se dejó fotografiar y marchó arroyo abajo... y yo marché también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario